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¡ALTO!

27 de octubre, empieza a llover, un día cualquiera, no llevo paraguas. Salgo deprisa, casi corriendo, semáforo en verde y tú te me cruzas. Me miras, te miro, te giras, sonríes, me recuerdas, miras la hora. 100 días después y te preguntas: ¿Cuándo dejé de querer a esa sonrisa? No hay respuesta, lo sabes, no lo hiciste. No nos saludamos. 1 año y nos volvemos a chocar, se nos ve feliz, llevas una pulsera con su nombre, yo le llevo de la mano. Nos atrevemos a sonreír, desaparecimos haciendo ruido, pero cada vez que nos vemos nada se escucha. Se paran nuestros pensamientos, pero... ¡Alto! Escucho tu risa, escuchas mis caricias. Aprendes, aprendo, volvemos a aprender juntos, la mente olvida pero la vista recuerda. Hay momentos, miradas, sonrisas, canciones, hechos que jamás van a volver a ocurrir, porque lo que sucede cuando una estrella se apaga, no puede explicarse con simples palabras. Preguntale cómo me brillaron los ojos después de soplar todas las velas que nos separaban de s...

¿TIENES 10 MINUTOS ROSAS?

Y mientras tú te miras al espejo en el ascensor y solo ves un cabello que no está del todo perfecto, un día puede que tu madre, tu hermana o tu vecina te envidie mientras intenta que no se le caigan más mechones. Mientras tú te tumbas al sol y te da igual quemarte con tal de estar morena, ella le teme al calor, al dolor, a quemarse. Qué mientras tú sonríes porque tienes lo que siempre has deseado, ella se ríe después de pasar ese mal trago. Creo que este es uno de los problemas que más nos unen y aunque hoy nos centremos especialmente en él, mañana se diagnosticarán 71 nuevos tumores en un país con 22 millones de mujeres. En cambio, aunque el 99% se detecta en ellas, el 1% del género masculino sufre esta enfermedad. Pero quiero enfocar este tema con un punto de positividad. Cada año hay más avances y hoy en día, la supervivencia global a los 5 años del diagnóstico de este tumor es del 82,8%. Además, cada vez se hacen más diagnósticos y es más fácil detectarlo a tiempo. Creo q...

AL SON DE TU VOZ

No hace falta mirarla para saber como te piensa, ni besarle para quererla, ni siquiera tocarla para que se te iluminen lo ojos. No necesitabas regalarle flores, su perfume te recordaba a ellas, ni llevarla de la mano, no se iba a ir de tu lado, tampoco necesitabas luchar, la guerra estaba pérdida en su cama. No era ella, eras tú después de verla, de sus risas, de su sonrisa y sus mejillas rojas. Después de sus lágrimas y tus miedos, de fotografiarla con la mirada, eras tú después de su "quédate un poquito más, me conformo con toda tu vida " Eres eso que quieres aparentar, pero también eres su último abrazo, las fotos en el cajón, su olor por toda tu cama, eres noches intentando quitártela de la cabeza, sus manos acariciándote las pestañas y sí, creetelo , con ella todo era posible. Eres tú, nada más, ella ya no está. No busques su risa, sus besos, sus malas caras, su pelo entre vuestros labios, su manera de llorar y reír al son de tu voz, sus pequeñas du...

PENSÉ EN DEJAR DE...

Pensé en hacerme un hueco en tu vida, en entenderte pero lo vi, vi que te acercabas a un precipicio y no tenias ninguna intención de usar el freno. Pensé en ir a buscarte después de todo, pero dos manos se me adelantaron, o cuatro, diez, quien sabe ya... Pensé que te gustaría recordar viejas risas, tardes, colores y brisas.  Pensé que pronto iba a saber de ti, amor, pero me sorprendiste meses después sin ningún hueco en tu corazón. Pensé en sonreírle a la vida, quien sabe si podrías aparecer por alguna esquina. Pensé en ti, en mi, en nosotros, en tus manías, en nuestros juegos, en nuestra estela. Pensé en un futuro, en un día gris, unas risas y copas, en como articular nuestra primera frase después de días interminables. Pensé en nuestro último día y te juro que no lo encontré, no encontré nuestra última caricia, beso o risa. Pensé en que hubiera pasado, que quizá ahora mismo estarías dándome cariño desde tu abrigo. Pensé en todo y no hallé respuesta, sólo vi r...

QUINTA SEMANA SIN TI.

Siempre han sido 5 los pasos que me separaban de tu cama, 5 dedos los que recorrían mi espalda. Y 5 y 5 hacen 10, las fichas de nuestro puzle. 5 eran los días de la semana que tardábamos en vernos y 5 los días que nos moríamos por dentro. 5 te quieros cuando todo iba mal y muchos más cuando las cosas caminaban solas. También era 5% lo que nos odiábamos, 5 o 50, ya no me acuerdo. 5 era aquello que nos asustaba, un numero impar, la mitad de 10, 5 estaciones que empezaron y no todas acabaron. Quinta avenida donde nos conocimos y casualidades de la vida, un quinto de mayo te fuiste. 5 paradas de metro, 5 semáforos siempre en rojo y quinto piso que ya no volvió a abrirme la puerta. 5 llamadas, 1 colgada, 3 en espera y otra aceptada. 5 minutos en los que solo se escucharon gritos, sollozos y... viento. En cambio, no fueron 5 errores los que cometimos, apenas 1 te sirvió para no volver a abrir mi mano para entrecruzar tus dedos.

ALGO, PERO DE VERDAD.

Era una noche fría y pensé que nada podía calentarme. Entonces vi tu risa por la ventana, medio tapada con esa bufanda de lana. Y me di cuenta que no era normal sentir frío entrando a agosto y que nadie, nunca, me había hecho sentir nada tras un marco. En ese momento apareciste detrás de mí y en ese instante,  supe que fuiste la mejor decisión desde el primer momento que te vi. Nunca te soltaría, dije.  Llevabas puesta esa sonrisa ya cansada, tenias los ojos pequeñitos y me agarrabas, por si las piernas me fallaban. Y entonces, nada cambió. No, ni él se fue, ni yo le desquicié. Ni siquiera se olvidó de besarme todas las mañanas y yo no tuve miedo a mover mal las fichas del tablero. Tuvimos discusiones pero aquí estoy, escribiendo esto mientras él intenta dormir a lo que más nos unió.

TINTA BLANCA

Hacer magia con las palabras, teclear al ritmo de los pensamientos y dedicar melodías a un público inexistente. Rodearme del cariño de los aplausos que vienen de la esquina del cuarto, donde está la radio. Pisar flores e imaginarme en pleno centro de Madrid firmando libros con dedicatorias para el recuerdo. Lágrimas que no quieren salir, pero que en un momento de tranquilidad empiezan a emanar de mis ojos. Ojos sin rostro que un día quisieron ser alguien y se quedaron en no sé qué puerta de algún bar.  Semáforos en rojo que me separarán una vez más de mi sueño, de mis metas y de vuestras primeras impresiones al ver "Cartas a mi vida" escrito con tinta blanca en una portada que nadie alcanza. Pies sin cabeza y versos sin letra, techos sin paredes y sueños de dementes. Paseos a altas horas de la madrugada, buscando la inspiración ahogada y por casualidad, en la orilla del mar, el canto de sirenas o lo que quiera que sea despertó mi seguridad.