Palabras Despiertas

Mi rutina, algo que ha encajado tan rápido, la luz de todos los días y la sombra que necesito cuando el sol me ciega. Las noches escribiendo versos en tus curvas, la cura para todos los problemas. Los roces entre tus dedos y los mios, entre tu cara y mis pestañas. Lo que dura una noche de estrellas sobre la azotea de esa casa abandonada, esa a la que hicimos nuestra. Lo que dura un aguacero sobre tus pestañas. Eres lo que todo el mundo quiere desde que empiezan a aparecer los montones de hojas de todas las tonalidades hasta que el sol ya no calienta a finales de verano. Siempre digo cuanto quema cuando te alejas pero nunca como arde mi corazón cuando estás tan cerca. Es que eres ese plato mojado que resbala tan fácil y eres esas ganas de que el día no se acabe jamás. Los ojos brillantes y las muecas cuando sobran las palabras. Me declaro inocente de perderme cada vez que pronuncias mi nombre, encontrarme un rato después. Después de regalarme una sonrisa tan tuya...  Y esto no e

Busqué en ti lo que a mi me faltaba y ¿sabes? Lo encontré a la primera; encontré eso y mucho más. Las cosas empezaron a ser más fáciles contigo a mi lado y cuando digo fáciles, también me refiero a preciosas. Todo era como una película de Disney, me querias,  te quería, éramos felices. Y me preguntarás que pasó después, con el tiempo. Pues aquí seguimos despues de más de un año, en pie. Hemos comprendido que las cosas no siempre son tan bonitas y tan sencillas, pero que juntos se puede con todo. Nunca damos las cosas por perdidas y mira si hemos acertado que hemos aprendido a querer hasta que duela y a dejarnos querer hasta que arda. Hemos salido mil y una vez del agujero oscuro pero lo felices que nos hacemos... eso, eso si que sirve, que merece la pena, que nos echa para alante. Y lo que te quiero ya... eso me lleva a la luna y no me importaría quedarme allí a vivir alejada del mundo si te tendría a ti conmigo.