Palabras Despiertas

Después de la tormenta, llega la calma, eso dicen. Y la verdad es que no importa cuanto dure la tempestad, que  después  va a venir algo nuevo o lo de siempre, pero algo mejor.  Pregúntaselo  a un día de verano después de eso, de una tormenta.

Sentir que el tiempo se congela y tu con él, que tu cuerpo arde por dentro y no puedes reaccionar por las emociones que recorren tu interior, que tu mente se paraliza y borra todos los datos como si en vez de una persona fueras un ordenador. Que los nervios llevan y dirigen tu cabeza, que te juegas mucho, te juegas una de las cosas más importantes que hay en el mundo, te juegas los sueños y que con tanta presión no vas a poder sacarlo, que una hora antes parecias un loro diciendo todo sin parar porque no te jugabas nada y que ahora lo unico que te tienes en tu cabeza es una nube blanca que sabe o dolor, inseguridad e impotencia. Que no puedes parar de tiritar, intentas mentirte a ti misma diciendo que es de frio, de calor... Pero solo es de miedo, miedo a un papel que puede cambiar tu destino y que tu sueño se puede convertir en cenizas... ¿Y sabes lo que es lo peor? Saber que tus sueños por volver a oler, escuchar, tocar, oir y ver esos lugares no se van a esfumar de tu cabeza aunqu

Cuando esas ganas de reir se van, cuando la oscuridad gana a la luz, cuando en el cielo desaparecen los colores y el mundo se vuelve monocolor, te das cuenta de que todos necesitamos los cuentos de hadas porque al fin y al cabo no es tan malo creer que el principe besara a la princesa y todos seremos felices ¿no? Pero nuestra vida no es un cuento de hadas, es un cuento de monstruos que tenemos que controlar, que tenemos que cambiarlo y para cambiarlo tenemos que pisar fuerte, mirar hacia delante y demostrar al mundo que la gente tiene sentimientos, que las sonrisas tienen diferentes significados en cada persona y que la princesas y los principes deberian demostrar al mundo entero que aunque somos mucha gente diferente, todos tenemos un principe o una princesa que no lo sacamos por miedo, miedo a la decepción, al rechazo, a la risas de los demás e incluso miedo a nosotros mismos. Cuando eso ocurre, una forma especial de sacar los principes y princesas que llebamos dentro es imaginandon

El mundo cambia, la moda cambia, el paisaje cambia, los amigos pueden cambiar, pero... ¿las personas cambian? En mi opinión sí, cambian mucho en una determinada edad, época, etapa o como se quiera llamar. Cambian, cambian irremediablemente, sin que se den cuenta, pero las personas de su alrededor sí, los protagonistas de esa historia no se dan cuenta pero los que están alrededor sufren, lloran, lo pasan mal o a veces maldicen los cambios del otro, quizá siendo egoístas pensando en el dolor que les producen esos cambios, todos pensamos que no, que no hemos cambiado, que somos los mismos, pero no, no somos los mismos que ayer, que mañana, que cuando empecé a escribir esto, hasta que alguien nos dice que hemos cambiado, que no somos los mismos, que quieren que seamos como antes y nosotros, nosotros, las personas que mas o menos dirigimos nuestras vidas, que nos damos cuenta de todo y  tenemos un error, no nos damos cuenta de nuestras acciones hasta que el día que nos abren los ojos, com