A TI, AL VERANO:
A ti, al verano: Llegaste cargado de impaciencia, de ganas y, en realidad, un poco a tientas. No recuerdo que hice el 21 de junio, supongo que sonreír mucho y pensar que el final era algo irreal. Me regalaste resacas después de noches infinitas. Y te llevaste con ellas todo lo que me quedaba en la cartera. Me has hecho aborrecer una canción para amarla tras un suspiro y viceversa. En cambio, no puedo negar que la he cantado hasta quedarme sin voz. Ha habido miles de fuegos artificiales en los que, en realidad, lo que brillaba era la compañía. Esa que me libraba de todos los males. Quizá por eso no he sentido el Sol. Por eso o porque la Tierra se ha negado a regalarnoslo. (con razón) También me has hecho viajar, descubrir, fantasear y me has hecho vivir. Y SÍ sé lo que hice el 22 de septiembre. Mirar como el último día del verano parecía más principio que final.