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Mostrando entradas de septiembre, 2017

A TI, AL VERANO:

A ti, al verano: Llegaste cargado de impaciencia, de ganas y, en realidad, un poco a tientas. No recuerdo que hice el 21 de junio, supongo que sonreír mucho y pensar que el final era algo irreal. Me regalaste resacas después de noches infinitas. Y te llevaste con ellas todo lo que me quedaba en la cartera. Me has hecho aborrecer una canción para amarla tras un suspiro y viceversa. En cambio, no puedo negar que la he cantado hasta quedarme sin voz. Ha habido miles de fuegos artificiales en los que, en realidad, lo que brillaba era la compañía. Esa que me libraba de todos los males. Quizá por eso no he sentido el Sol. Por eso o porque la Tierra se ha negado a regalarnoslo. (con razón) También me has hecho viajar, descubrir, fantasear y me has hecho vivir. Y SÍ sé lo que hice el 22 de septiembre. Mirar como el último día del verano parecía más principio que final.

RESACA

Según la Real Academia de la Lengua Española, el término resaca, entre otros significados, dice así: "Malestar que padece al despertar quien ha bebido alcohol en exceso" o "situación o estado que sigue a un acontecimiento importante." Por eso, tras largas noches de insomnio, lo tengo claro. Tengo resaca de ti, de mi, de nosotros. Como cuando nos despertábamos el día siguiente, después de unas copas de más, de no hacer caso a la gente, de irnos por la puerta de atrás. Tengo resaca y no sé dónde estás. Tengo resaca y lo peor es que tú nunca lo sabrás. Te juro que lo siento pero no lo entiendo, tú eras mi ojito derecho y yo una más en tu cuento. Fuiste como esos amaneceres infinitos, como esos fuegos artificiales sin sonido. Fuimos lo mismo que un juego de niños, para la niña lo mejor del camino y para el adulto tan solo algo que le saca de quicio.