Dulce son, mis ganas de tener amor.

Cuentan las leyendas de tus ojos que un día fuiste feliz, lo que no me rebelan es que pasó para que, inesperadamente, las cosas cambiaran. Por lo que me han contado, lo tenías todo, dinero, amigos, familia y muchos, muchos caprichos. Solo te faltaba una cosa, un pequeño detalle sin importancia, al menos, mirándolo desde fuera. Carecías de amor, sí, del amor de pareja y bueno... pensándolo bien, te entiendo. En ciertas ocasiones necesitamos que el mundo se arrodille por un segundo ante nuestros pies, saber que todo lo que hacemos en este mundo, nos renta. Si la gente que está a nuestro alrededor nos valora de verdad y que si nos pasase algo, ellos estarían ahí. Momentos complicados en los que hay que decidir si mentirnos o descifrar si a la gente le daría miedo perdernos.
Cuesta admitirlo, pero… yo, como tú, he sufrido esto. Duele mucho ver que alguien tan importante para ti se va alejando cada día un poquito más. También tengo que decirte que es lo mejor que vas a poder hacer en esta vida, valorar a los que te valoran y a los que no lo hacen, tú si quieres hazlo. Eso sí, no esperes nunca nada de ellos. Pero un día, sin buscarlo, llega, llega alguien a un punto en el esta mas en tu vida, a centímetros de ella. Entonces te haces una pregunta, quieres darte cuenta si esa persona, de verdad, vale tu pena y fíjate si la vale que se muere de ganas de verte feliz. Dicho esto, declaro que tú vales mi pena, mi alegría. Que tú me vales, que me sobras.


Comentarios

Entradas populares de este blog

20 RAZONES POR LAS QUE ME GUSTAS

Siempre hay una luz al final del tunel

Vuela en el tapiz, pero fuera de él apoya los pies