QUERER ≠ HACER

Dicen que la vida no da segundas oportunidades, que es ahora o nunca.
Dicen, también, que los minutos vuelan y que el tiempo se va.
Dicen, incluso, que la confianza se gana con el tiempo como si todos fuésemos iguales.
Pero la realidad es que dicen tantas y tantas cosas que, al final, no dicen NADA.

Sí, siempre "dicen, dicen y dicen" y te aconsejan y te hablan, pero nadie escucha.
Nadie sabe tu pasado, ni qué pasó para tomar esa decisión y no otra.
Porque hay momentos, milésimas de segundos que pueden pasar inadvertidos para los ojos del que escucha pero se queda grabado a fuego en la memoria del que lo presencia.


Toda mi vida he creído que esta se puede explicar como una película. Tú vives cada instante de tu vida pero, a la hora de la verdad, haces un resumen de lo más destacable. Informas sobre el vestido que llevaste a tu boda y no del resto que no elegiste por x razón; del día que cumpliste los 18 pero no del anterior; de cuándo conseguiste lograr tu meta pero tampoco cuentas todo el esfuerzo que te costó, eso se da por hecho,
o no.


Y en las películas se omite lo que para nosotros es irrelevante, los detalles, las pequeñas cosas, eso que a la larga cambia la trayectoria de los hechos. Todo lo que nosotros no percibimos con los ojos, ellos lo sienten y les hace tomar una u otra dirección.


Es muy fácil hablar sin querer saber, sin querer escuchar. Tan fácil como opinar cuando no se está relacionado con el tema del que se conversa. Igual de fácil como criticar y criticar y luego taparse los oídos para no escuchar.


Porque todos quieren terminar pero nadie empezar,

luchar pero no sufrir,

saber pero no aprender.